George Lezama: sembrador de conciencia ambiental

Si George pudiera dar un regalo a cualquier persona en el mundo, sería un día pleno en un entorno natural. El está convencido de que todos merecemos, al menos una vez en la vida, estar en contacto con la naturaleza. No solo para relajarse: también para reflexionar, regular nuestro reloj biólogico y armonizar con el medio que nos brinda las condiciones adecuadas para la vida.  Es que George respeta la naturaleza y defiende con pasión el entorno en el que vive; además de estudiar las carreras de Derecho e Ingeniería Forestal, es líder de una organización de voluntarios ambientales a sus 22 años.

En los primeros recuerdos de la infancia de George aparecen salones con otros niños, títeres y sonrisas de jóvenes que inculcaban amor y cuidado por el medio ambiente Su padre es un destacado líder de programas de educación ambiental, por tanto, George recorría colegios de Puerto Maldonado y  otros lugares recóditos de Madre de Dios desde niño. Aprendió constantemente con diferentes generaciones de voluntarios ambientales de la Reserva Nacional Tambopata y vio en esos jóvenes una segunda familia, pues le sembraron amor por la naturaleza y siempre le mostraron su afecto.

Al llegar a la adolescencia, George identificó su verdadera motivación de vida: “diría que es mi amor por la naturaleza, pero realmente mi labor inicia al darme cuenta de que nuestro planeta se está degradando poco a poco. Y si quieres un cambio, tienes que empezar por ti mismo, mi amor por la naturaleza ha sido un llamado a la acción para ponerme manos a la obra”. Así, comienza a involucrarse más en el activismo medio ambiental, empezando a ocupar cargos de brigadier ecológico en su colegio y conformar el “Club de mini guías” de la Reserva Nacional Tambopata. Allí, recibió constantes capacitaciones sobre la Amazonía, las cuencas de los ríos, los medios de vida y el por qué es importante proteger los diferentes ecosistemas que se albergan en el territorio de Madre de Dios. Nutrido con esta riqueza de conocimiento sobre el departamento, George también se convierte en un sembrador de conciencia y aprecio por el entorno natural, compartiendo su aprendizaje con otros niños y adolescentes.

Divertido, George recuerda los esfuerzos que realizaba por enseñar a niños sobre el reciclaje: le era díficil hacer manualidades porque no tenía buena habilidad en las manos, pero afortunadamente contaba con otros amigos voluntarios. Así, con trabajo en equipo, ellos lo ayudaban a crear las figuras o dibujos que los niños querían y de este modo lograban que el programa de reciclaje sea un éxito para el aprendizaje de los beneficiarios.

Al crecer, George fue enfrentando diversas responsabilidades y ha tenido que balancear su vida académica y su activismo ambiental: estudiar los días de semana y ejercer su voluntariado los sábados y domingos, debido a que al ingresar a la universidad tuvo que tomar la difícil decisión de participar esporádicamente en las actividades de formación ambiental que tanto le gustaba impartir.  Todo ello, además, de las actividades de cualquier otro joven de su edad: como compartir con sus amistades o ver una buena película.

Sin embargo, George ha sabido sortear el obstáculo del tiempo. Por un lado, estudia dos carreras: Ingeniería Forestal y Derecho. Por otro lado, asume el liderazgo de ProAmbiente de la Reserva Nacional Tambopata, cargo que por elección, le fue otorgado por voto de confianza de sus compañeros voluntarios, quienes vieron en él una promesa de mejoría para la organización. ProAmbiente de la Reserva Nacional Tambopata es una organización que conforman jóvenes que anhelan tener una sociedad más consciente sobre el valor de los bosques y los recursos naturales para seguir conservando la Amazonía, la organización viene desarrollando durante varios años programas de educación ambiental. Entre ellos se encuentran “Camino a lago”, “Paquete de hojas”, “Pepe, lobo del río”, “Club de mini guías” y otros que se trabajan con escolares y jóvenes de Madre de Dios. También están prestos a unirse a otros programas en los que son invitados como “Basura Challenge”, “Hazla por tu playa” y cualquier otro que tenga objetivos afines.

En la foto, George (mascarilla negra) lidera una reunión con el equipo de ProAmbiente

Ser activista ambiental, le ha brindado una de las mejores experiencias a George: internarse en el Puesto de Control La Torre como guardaparque voluntario, protegiendo el corazón de la Reserva Nacional Tambopata, uno de los zonas más intactas que existen en la tierra, albergando árboles longevos que sirven de hogar a cientos de especies que interactúan en la dinámica del bosque. Aquí estuvo completamente desconectado de la vida en la ciudad y disfrutó de participar en monitoreo de animales y hacer patrullaje en las trochas del área acompañando a los guardaparques oficiales, teniendo la oportunidad de ver cruzar familias de monos en las copas de árboles sobre su cabeza, una vivencia que describe sin igual.

Conocer desde temprana edad la realidad de Madre de Dios, hizo que George asuma con gran resposabilidad su labor voluntaria de educar por el medio ambiente, quiere lograr que la sociedad de Puerto Maldonado pase de apreciar la naturaleza a cuidarla. Un camino que ve con optimismo ya que según sus propias palabras, “los últimos años han aparecido nuevas organizaciones en la ciudad que hace percibir un cambio generacional. Mi generación y las nuevas tenemos más deseo de proteger la naturaleza”.

“Madre de Dios es Capital de la Biodiversidad del Perú y quiero que este nombre quede en alto y que sea merecedor. Madre de Dios sufre por la minería ilegal y la tala de árboles, sin mencionar que nuestra ciudad carece de áreas verdes. Deseo que la sociedad conozca lo que tenemos en el departamento, que sepa sobre las especies silvestres que albergamos. Que nuestro departamento sea en serio la cúspide de la conservación en el país”, comparte George.

Con el proyecto “Educomunicación sobre cambio climático y degradación ambiental en Lima, Cusco y Madre de  Dios, contribuyendo a la construcción de una ciudadanía ambiental”, venimos conociendo el ahínco que le pone George a su activismo por el medio ambiente, conectando a la audiencia a través de las redes sociales con las áreas naturales, enseñando a cómo en nuestra vida cotidiana podemos reducir nuestro impacto al medio ambiente y recientemente, volviendo a unir al equipo de ProAmbiente tras la pausa que trajo la crisis por la Covid-19.

“Desde un comienzo al escuchar sobre la actividad, me generó gran expectativa, ya que esta se presentaba como una formación constante y sólida a los líderes de diversos grupos e incluso a varios de los miembros , también generando una red de estos grupos, y todo esto se cumplió de manera especial, generando incluso momentos de gran valor en las personas que somos parte de las actividades”, nos comenta George sobre su participación en el programa formativo “Escuela Eduambiental” realizada en el marco de proyecto y su colaboración en las campañas digitales.

Y por si eso fuera poco, George no pierde la oportunidad de invitar a otros jóvenes a conformar un voluntariado ambiental en la ciudad que se encuentren para “ponerse manos a la obra por el planeta”.


Autora: Rut Mottoccanchi

Historia elaborada en el marco del proyecto «Educomunicación sobre cambio climático y degradación ambiental en Lima, Cusco y Madre de Dios, contribuyendo a la construcción de una ciudadanía ambiental”, ejecutado por Tejiendo Sonrisas y Calandria, y financiado por la Unión Europea.

También te puede gustar ...

Publicaciones populares